Normalmente afrontamos cada Año Nuevo con varios propósitos de enmienda. Entre ellos suele estar el de retomar los entrenamientos. Ahora bien, este loable objetivo suele venir acompañado de una excusa que impide que lo llevemos a cabo. Es como si fueran inseparables. Por un lado, continuamente pensamos que queremos volver a entrenar pero, al mismo tiempo, a veces en forma de flashes, nos aparece un motivo u otro que nos imposibilitan llevarlo a cabo.
Todas las excusas son válidas pero, sin embargo, no son más que eso, excusas. No aportan ninguna solución por lo que debemos plantearnos qué debe vencer, si las ganas de practicar Vovinam o el pretexto para no hacerlo. A todos nos gusta la disciplina marcial. Es más, muchas veces tenemos la sensación que necesitamos entrenar y, efectivamente, así lo es. No obstante, por alguna razón, suele ganar la idea evasiva y no reiniciamos la práctica.
La falta de tiempo suele ser una de las principales disculpas. ¿Cuántas veces le hemos dicho a alguien o pensado para nosotros mismos "es que no tengo tiempo"?. El tiempo es el mismo para todo. Lo que varía es la prioridad que le damos a cada una de las cosas que hacemos dentro de ese espacio temporal del que disponemos. Si pudieramos observarnos desde fuera, como si fuésemos un tercero, podríamos darnos cuenta del tiempo que dedicamos a ver series, vídeos de YouTube o de cualquier otra red social o, en un bar o una cafetería o, incluso, sin hacer absolutamente nada. Quizá de ese modo podríamos cuestionarnos qué es lo realmente es prioritario para nosotros y si dentro del valor que le otorgamos a las cosas, el entrenar no tendría que estar un poco más arriba en el escalafón.
La climatología suele ser una evasiva curiosa. Por un lado, si hace mal tiempo y, por ejemplo, llueve, nos da pereza salir para ir a entrenar, olvidando que tenemos lugares bajo techo en el que podemos hacerlo. Hoy en día, un poco de agua no impide los desplazamientos y, afortunadamente, solemos tener siempre un lugar para hacerlo a cubierto. Pero decimos que es curioso porque, por otro lado, si la atmósfera está ideal, parece que ese tiempo se lo queremos dedicar al ocio, olvidando dos cosas. La primera es que esta situación nos permitiría entrenar al aire libre y, la otra, es que también entrenando nos lo pasamos bien. Es cuestión de no dejarnos vencer por la excusa.
Estar en baja forma es otro de los argumentos más socorridos. Es evidente que, empezar de nuevo, después de un largo período de inactividad se nos vuelve cuesta arriba y, en ocasiones, frustrante. Sin embargo, no es menos cierto que, cuanto más tiempo estemos sin entrenar, más dificil se nos va a hacer volver. No existe ninguna poción mágica que nos haga ser los de antes, ni tener menos edad y, por ende, más energía, pero también es verdad que poco a poco nos iremos sintiendo mejor. Eso sí, si volvemos a entrenar. Las agujetas solamente se curan entrenando de nuevo y, además, no dejan de ser un síntoma de un entrenamiento bien aprovechado. Pocas son las cosas que podemos elegir en nuestra vida, pero una de ellas es la actitud con la que nos enfrentamos a los retos diarios. Por tanto, una buena actitud nos permitirá volver al tatami, al césped, a la playa, o a cualquier lugar que hayamos elegido cada día para entrenar.
Es evidente que puede darse una causa que, de verdad, nos impida poder dedicar algo de tiempo a hacer algo que nos gusta como es practicar Vovinam, pero también es igualmente cierto que, por lo general, esa nos es la razón. El verdadero motivo suele ser que nos dejamos vencer por el sedentarismo que nos gana a través de las referidas excusas o de cualquier otra. De esa forma, muchas veces preferimos estar encerrados en casa y tirados en el sofá en lugar de aprovechar un magnífico día, salir al aire libre, y hacer algo de deporte. El esqueísmo va ganando. Las excusas dominan la mente y posponemos lo que en realidad nos gusta.
Si hicieramos un análisis introsprectivo tendríamos que preguntarnos si quedaríamos satisfechos con el resultado u, objetivamente hablando, llegaríamos a la conclusión que nos hemos quedado estáticos sin saber muy bien porqué y, además, no estamos conformes con esa situación creada. Situación, por cierto, que podríamos superar decidiendo llevar a cabo el propósito de enmienda de retomar el entrenamiento.
¿Cuál es tu excusa?
Maestro Pedro González.