Conocida como "Tameshiwari" en japonés, la prueba de rompimientos requiere un alto nivel técnico y una sólida preparación física.
Cualquiera puede intentar hacer el bruto y partir algo, preparar un truquito para los amigos o dedicarse a romper lo que más a mano se tenga (aunque se corre el riesgo de destrozarse la mano o cualquier otra parte de nuestra amada anatomía en el intento). Los detractores de esta práctica argumentan que no tiene sentido atacar a un trozo de madera. ¿Qué nos ha hecho el pobre? Otros dicen que este entrenamiento es inútil pues un enemigo no se está quieto en el combate, etc., etc.
Pero lo cierto es que casi todas las tradiciones marciales mantienen este tipo de prácticas como parte de la formación del alumno; cabría pues el cuestionarse que tanto esfuerzo en el entrenamiento debe tener algún valor más allá de lo formal. Los antiguos eran antiguos, ¡pero no tontos!
Efectivamente, un trozo de madera no tiene piernas, pero enfrentarse a él a puño desnudo impone lo suyo. Tal vez los maestros de la tradición intuyeron en estos ejercicios una forma de superación personal, una prueba para la psicología y el espíritu del aprendiz, un modo de hacerle ver que es capaz de ir más allá de los límites que él mismo podría considerar insalvables. Desde esta lectura me cuesta imaginar un modo más efectivo para alcanzar el objetivo antes citado.
Patrick Levet, asiduo colaborador de esta revista y autor de varios y muy interesantes vídeos sobre Vovinam, es el más destacado experto occidental en Viet Vo Dao. Desde su casa en Vietnam nos envía este excelente artículo sobre rompimientos, en el que analiza pormenorizadamente los muchos factores que intervienen en la práctica de los rompimientos.
Son muchas las Artes Marciales que incluyen rompimientos en sus exhibiciones. A lo largo de los años, numerosos expertos y excelentes profesionales han demostrado su destreza en esta particular demostración de técnica, velocidad y potencia. Sin embargo, la tentación de imitar a los maestros es grande, y eso hace que una gran cantidad de alumnos se lancen a la aventura de los rompimientos sin poseer los conocimientos adecuados.
Desafortunadamente, para ciertos practicantes, los rompimientos son unos ejercicios que se practican únicamente para estas exhibiciones, sin ninguna preparación en especial.
Los profesores y maestros tienen una gran responsabilidad a la hora de enseñar y mostrar estas técnicas a sus alumnos, ya que no se trata solamente de ejecutar un movimiento para romper las tejas, tablas o bloques elegidos para la ocasión. Si se practican sin un entrenamiento especial, e incluso si no se aplican a veces ciertas medicinas tradicionales de uso tópico, los rompimientos entrañan serios peligros y, sobre todo, graves secuelas a largo plazo.
Pero, ¿por qué romper? ¿Tienen realmente los rompimientos un valor práctico para el practicante de Artes Marciales? ¿Cuál es la utilidad de estos ejercicios? ¿Están a veces trucados? ¿Se trata sólo de un espectáculo para el gran público?
Cuando, hace más de 22 años, empecé a hacerme estas preguntas, las respuestas que me daban los profesores estaban rodeadas de misticismo. La palabra mágica era "energía interna", y cualquier pregunta cuya respuesta ignorasen mis instructores, estaba envuelta en la divina energía interna, aunque la realidad no tuviera nada que ver con ello.
Mucho tiempo ha pasado desde entonces, he recibido enseñanzas de maestros y de grandes maestros de muchos estilos y de varios continentes. Algunos de ellos desaconsejaban los rompimientos, otros incluso los odiaban, pero la mayoría encontraba en estas pruebas muchos puntos positivos para la evolución del artista marcial. Sin embargo, todos coincidían en que siempre se debe observar un especial cuidado y sobre todo, una profunda y larga preparación antes de que los practicantes puedan realizarlos.
A pesar de que las opiniones de los maestros difieren según los estilos, encontramos unos puntos en común en cuanto a las utilidades y las razones de los rompimientos. Estas condiciones pueden aplicarse a cualquier estilo y no sólo al Vovinam Viet Vo Dao.
En nuestro mundo de las Artes Marciales, existen muchas falsas creencias que, desafortunadamente, llevan años circulando y siguen trasmitiéndose.
Uno de ellos es el concepto del "endurecimiento" de nuestras armas naturales. Algunos practicantes creen sinceramente que al golpear con los nudillos centenares de veces sobre algunos aparatos como el Makiwara, obtendrán una formidable dureza en los puños. ¡Nada más falaz y peligroso!. Este tipo de preparación no es válido para todas las partes del cuerpo. En primer lugar, debemos distinguir las diversas partes que van a golpear:
En los trabajos conocidos como de «endurecimiento", el mayor riesgo reside en aquellos golpes en los que intervienen las articulaciones de forma directa. En realidad, es un problema muy simple: Al golpear repetidamente con las articulaciones estamos haciendo algo antinatural. Las articulaciones deben tener la máxima movilidad, ya que ésta es su función natural. El "machaque" continuo de estas partes corporales produce lesiones en el conjunto cartílago-ligamento-hueso, lo que con los años puede llegar a producir enfermedades o problemas articulares.
Algunos jóvenes no han tenido que esperar mucho para sentir los efectos secundarios de las sesiones de "endurecimiento" mal guiadas. Quiero hablar de los músicos. En efecto, los practicantes de Artes Marciales, cuya otra afición seria es la música (por ejemplo, el caso de alumnos de Conservatorio), podrían arruinar su carrera practicando ciertos ejercicios de endurecimiento como "pegarle puñetazos al Makiwara centenares de veces".
Lo que en realidad producen las repeticiones de golpes contra un objeto de cierta dureza es la "desensibilización" de la región que recibe el impacto. No se endurece la articulación, pero sí se puede debilitar. Lo único que se endurece es la piel que rodea la zona de contacto. Lo mismo ocurre cuando caminamos descalzos: al principio, las plantas de los pies son muy sensibles a las piedrecillas que pisamos, pero luego, con los años, van perdiendo sensibilidad hasta que llegamos a no sentir absolutamente nada. Sin embargo, a pesar de estar recubiertos por una capa de piel menos delicada, los huesos de los pies siguen igual de frágiles a los golpes.
Al ser una palabra de uso universal en las Artes Marciales, seguiré utilizando en este artículo el termino "endurecimiento" para no crear confusión, pero me gustaría dejar claro que estamos hablando más bien de desensibilización, y que sólo en el caso de la tibia podría hablarse de endurecimiento, con ciertas reservas.
En el caso de la técnicas que utilizan a la vez articulaciones y músculos, como, por ejemplo, las técnicas de palma de la mano, las lesiones que se producen en las articulaciones durante las sesiones de endurecimiento son menores que en los puñetazos. Ya no se trata de un impacto directo en una articulación, sino que el golpe queda algo absorbido por los músculos de la palma de la mano. El trabajo de musculación de los antebrazos es indispensable para estas técnicas, ya que entran en juego los músculos flexores de los dedos. Cuanto más fuertes sean estos músculos, tanto más compacto será el bloque músculo-articulación de la palma de la mano y, por consiguiente, se producirán menos lesiones. Las famosas sesiones de trabajo con los jarrones de las películas chinas no están destinados a mejorar las técnicas de garras, como se tiende a creer, sino a fortalecer los músculos de la palma de la mano. Este tipo de ataques, contrariamente a las apariencias, es realmente eficaz. Quien ha probado los golpes de palma de mano en una situación real (en el hígado y en la mandíbula) sabe bien de qué estoy hablando.
Cuando se efectúan rompimientos pasivos, por ejemplo, en los trapecios, los abdominales o los antebrazos, el éxito de la prueba reside principalmente en la consistencia y en la densidad musculares. El volumen muscular no es importante, aunque entra en juego; el elemento fundamental es la capacidad de máxima contracción de todos los músculos que rodean la parte en donde se va a producir el impacto. El entrenamiento que consiste en recibir muchos golpes seguidos para endurecer estas regiones es una estupidez. Lo único que puede conseguirse con ello son verdaderas lesiones musculares, que dificultarán grandemente la práctica normal del Arte Marcial. Los ejercicios que se deben trabajar son los que aumentan la capacidad de contracción muscular. En este tipo de rompimientos no es necesario poseer un excesivo volumen muscular, aunque tampoco se ha probado que sea malo.
Muchas veces, uno olvida que otro elemento de suma importancia en las pruebas de rompimiento pasivo es... ¡la persona que golpea! Si la prueba falla, a veces puede ser por culpa del compañero, que no ha pegado lo suficientemente fuerte, o en el lugar previsto. Para los rompimientos sobre músculos, la respiración debe ser considerada como la palabra mágica, la parte realmente preparatoria. Es la mejor ayuda para conseguir una buena oxigenación del músculo y, a la vez, una máxima concentración.
Según los maestros, deben aplicarse distintas técnicas de respiración:
Es un tema muy extenso que intentaré tratar en otro artículo.
El hueso tiene al parecer, una resistencia media a la presión de 4 kg/cm2, pero varía mucho dependiendo de la genética, el nivel de calcio, la edad y, sobre todo, la alimentación. En el caso de las mujeres, hay que tener en cuenta la menopausia como factor importante de modificación de la dureza de los huesos.
Cualquier entrenamiento basado en pegar una y otra vez sobre un objeto, sea cual sea, no cambiará las condiciones físicas de los huesos y de las articulaciones, a excepción, quizá, de los huesos largos como la tibia.
¿Qué pasa con las tibias? Algunos estudios han demostrado que, cuando tras una lesión, se suelda un hueso largo, sano, la parte soldada es más dura que el resto del hueso y las probabilidades de que se vuelva a romper en este mismo lugar son remotas.
Este principio es el utilizado por ciertos estilos de alto contacto, pero sólo es válido para las tibias y las antebrazos, en su parte no recubierta completamente por amplios músculos. Se trata de producir lo que se podría llamar "micro-rompimientos" a lo largo del hueso, y ayudar a éste a consolidarse con la aplicación de medicinas tradicionales.
La noción de "micro-rompimiento" no es nada más que un principio tradicional de los viejos maestros, y no corresponde a una noción médica en particular. Sin embargo, y a pesar de que algunos médicos no estén de acuerdo, este sistema ha demostrado su eficacia.
Para obtener buenos resultados es importante encontrar el punto exacto de "mini-inflamación". Si los golpes son demasiado fuertes durante las sesiones de endurecimiento, se corre el riesgo de romper el hueso o de producir una inflamación que volverá la parte dañada tan sensible y dolorosa que el simple paso del agua sobre la piel en la ducha será insoportable. El practicante no podrá seguir con el sistema hasta haberse curado la lesión completamente. Este tipo de inflamación puede durar meses, sobre todo en el caso de principiantes.
En algunos países del sureste de Asia, los practicantes utilizan unos neumáticos viejos colocados sobre unas columnas. El trabajo consiste en golpear con la tibia sobre el borde del neumático (la parte que normalmente toca la carretera).
También se practica el sistema de la botella de Cola. Estas botellas de cristal, con la antigua forma, llevan unas ondulaciones 9 que, cuando se dejan rodar a lo largo de la tibia de arriba hacia abajo, y de abajo hacia arriba, producen unos pequeños golpes bien repartidos sobre el hueso. En Asia, las botellas de Cola son mucho mayores que en Europa, el doble o el triple de grandes, y una vez rellenas de arena, permiten obtener excelentes resultados en un tiempo récord. Las botellas de 1 litro distribuidas en Europa, pueden servir si tienen la forma antigua. El tiempo de cada sesión varía en función del grado de sensibilidad del alumno, se debe probar antes... Pero este trabajo resulta eficaz sólo con un doble entrenamiento diario, durante 6 días a la semana y bajo la supervisión y los consejos de un experto. Se recomienda la aplicación de algún bálsamo.
En Taiwan trabajé con un maestro que hacía rodar pequeños troncos de madera sobre las tibias; el principio es el mismo, pero el método es un poco más brutal.
Los huesos largos, como la tibia, pueden entonces recibir fuertes golpes con mucho menos peligro que los demás huesos pero, ¡eso no significa que no haya peligro! Según el ángulo de impacto, se debe cuidar de no utilizar el músculo que recubre la tibia en su parte exterior. Si lo hacemos así produciremos lesiones en dicho músculo. Ya no estamos trabajando el hueso. La mayoría de los principiantes cometen este error fácilmente porque... ¡duele mucho recibir golpes en la tibia!
Para desensibilizar las armas naturales de los alumnos, ciertas escuelas vietnamitas utilizan como herramientas unos saquitos de tela fuerte de más o menos 20 centímetros de ancho por 60 centímetros de largo, rellenos de semilla de maíz o, a veces, de arroz. No estoy muy a favor de este sistema porque está destinado esencialmente para las manos y ya he explicado anteriormente los peligros de los golpes repetidos con las manos. Pero si hay que elegir un modo de preparación para los rompimientos, este puede ser el menos dañino. El alumno se sienta en el suelo, con las piernas abiertas, y coloca el saquito frente a él. En el entrenamiento con estos saquitos no se trata de pegar con fuerza, sino de dejar caer suavemente una mano por su propio peso, luego la otra, siguiendo un ritmo, como si fuera un instrumento de percusión, pero con suavidad. Se trabaja cada lado de la mano (canto, nudillos, palma, revés), desde 300 a 500 veces por cada ángulo a los dos años de practica, hasta llegar a las 1000 veces de los expertos, pero entre cada serie de varias decenas de golpes es imperativo impregnarse las manos con la loción medicinal del maestro.
Las precauciones nunca son demasiadas para las manos. Como dicen ciertos cirujanos, las manos son, después del cerebro humano, las cosas más precisas y útiles del planeta... cuidémoslas. Los puñetazos son las técnicas que más lesionan las manos, y los golpes con las palmas y cantos de manos las que menos lesiones producen.
A pesar de que las medicinas y los ungüentos utilizados por las diferentes escuela escuelas son muy similares entre sí, cada gran maestro tiene su receta "secreta" o su propio médico tradicional que le fabrica el bálsamo adecuado. La base de estos bálsamos es, a menudo, el alcanfor y la menta, al cual se añaden otras sustancias propias de cada maestro o de cada región. Pueden ser líquidos o en crema. Algunos utilizan alcohol.
Deben recordar que, sea cual sea el nivel de la persona que efectúa un rompimiento real y difícil, siempre se producirán lesiones. La diferencia entre los grandes maestros y los demás, es que los primeros son capaces de conseguir que la lesiones sean tan diminutas, tan ligeras, que no se noten.
En mi opinión, la amenaza más importante de los rompimientos es el peligro que corren las articulares. El momento de mayor riesgo, no es cuando se rompen las tejas o los bloques, sino precisamente cuando no se rompen. La onda del impacto vuelve directamente en sentido contrario al golpe. En este preciso momento es cuando se puede lesionar realmente no sólo el miembro que golpea, sino todo el resto del cuerpo. No es nada raro ver a un practicante quejarse de molestias en la espalda o en los hombros, días después de haber fallado un rompimiento con material pesado.
Los demás riesgos son más directos, más lógicos, como los cortes (piel, músculos, ligamentos, tendones, venas arterias ... ) o sencillamente las fracturas óseas o articulares. La precaución básica para evitar los cortes es el típico pañuelo, o una toallita, que se coloca encima del primer bloque. Si dicha toalla o pañuelo es demasiado grueso, existe la posibilidad de que la muñeca se doble con el impacto o que el rompimiento falle porque el grosor del lienzo utilizado absorba demasiado el impacto.
Algunos tipos de tejas y ladrillos tienen la particularidad de romperse de forma peligrosamente afilada, lo que incita los practicantes a utilizar toallas gruesas... Es un dilema que cada uno debe resolver con la propia experiencia.
Las tablas de madera son más seguras, ya que hay pocas posibilidades de corte, y además tienen la ventaja de no estropear el suelo (de los pabellones de deportes, por ejemplo) al caer. Tampoco dejan trozos cortantes en el suelo como en el caso de las tejas. Sin embargo, evito utilizar tablas porque no es un material fiable al 100%. Puede ser muy rígido o demasiado elástico, según las características de la madera, el tiempo que esta haya estado secándose en la fábrica o la parte del tronco de donde haya sido sacada. Para el público las tablas de madera son menos espectaculares, aunque la verdad es que en algunos casos pueden ser mucho más difícil de romper que algunos ladrillos.
Antiguamente, el maestro era quien elegía las técnicas apropiadas a cada alumno en función de sus capacidades. Hoy día es el alumno el que tiende a elegir el tipo de rompimiento basándose más bien en el grado de espectacularidad del número que va a realizar, sin tener en cuenta las capacidades físicas para decidir entre rompimiento muscular, óseo o articular.
Cuando se conoce la importancia de la preparación en los rompimientos difíciles, se comprende que sólo se puede elegir una cantidad reducida de técnicas, de acuerdo con la preparación que uno ha recibido.
Sin embargo, los rompimientos corrientes o fáciles requieren, a veces, una preparación más mental que física, lo cual da lugar a un número mayor de posibilidades de elección de técnicas.
Depende de la meta, del nivel de preparación y de las partes con las cuales se efectúa el rompimiento. Desde hace más de 20 años, con la organización de grandes exhibiciones profesionales y el apoyo de los grandes medios de comunicación, los espectáculos de rompimientos han tomado dimensiones impresionantes. Maestros y expertos de todos los estilos han utilizado ya casi todo lo que se puede romper: piedras, mármol, tejas, tablas de madera, tabiques, bloques, ladrillos, barras de hielo, botellas de cristal, bates de béisbol... Tengan gran cuidado a la hora de elegir, no lo hagan sin la supervisión de un experto. Por experto entiendo una persona mayor que tiene experiencia en el mismo rompimiento y con el mismo material. No todos los profesores son expertos en rompimientos, por muy buenos profesores que sean. Es una disciplina completamente aparte.
Factor olvidado, o despreciado a veces por los principiantes a la hora de romper, la técnica es, sin embargo, lo más importante después de la respiración. Una persona muy fuerte físicamente, que no practique las Artes Marciales, puede perfectamente conseguir romper tablas, tejas u otro objeto sin entrenamiento previo. Pero las probabilidades de que un fortachón semejante se lesione y no pueda desarrollar su trabajo al día siguiente son muy elevadas, debido precisamente a la falta de preparación por una parte, y al desconocimiento de la técnica precisa por otra. Cuando se trata de un material muy duro, la cosa cambia radicalmente. Sin el conjunto triangular "respiración-preparación-técnica", un ciudadano de a pie, por muy fuerte que sea, no puede rivalizar con un verdadero experto. La técnica exacta es fundamental.
Sólo con la aplicación de los siguientes puntos en un mismo momento, en una fracción de segundo, se puede efectuar un rompimiento difícil:
Se han escrito muchísimos libros sobre el tema... ¡y se seguirán escribiendo muchos más! Al ser un tema "interior", cada uno tiende a interpretarlo a su manera. Existen algunas similitudes entre los distintos sistemas de trabajo energético según los maestros. Si, para algunos maestros, la relación con los meridianos de Acupuntura es estrecha, para otros es indisociable. Casi todos están de acuerdo en que los trabajos de "Khi Cong" (en vietnamita) constan de dos fases: El desarrollo y la aplicación. La aplicación está a su vez dividida en dos tipos: Aguante (o resistencia) y Ataque (o exteriorización).
Las demostraciones de aguante o de resistencia que podemos ver en ciertas exhibiciones, pocas veces son trabajos realmente energéticos, sino meros esfuerzos musculares con una gran dosis de concentración y... buena música. Ello no le quita el valor a la demostración, pero debemos llamar a las cosas por su nombre. Según la tradición, sólo están relacionados con la energía interna los ejercicios cuyo punto de resistencia pasa exactamente por un punto de un meridiano. Incluso así, se puede dar lugar a engaños. En ciertas ocasiones, el limite entre Arte Marcial y número de circo se presta a confusión.
Lo mismo pasa con los trabajos de energía interna en "ataque", como por ejemplo con las barras de hielo. Aquí también, ¡mucho cuidado! El hielo puede ser realmente difícil de romper, pero depende de demasiados factores para ser un material fiable:
Hace años, conocí a un maestro que solo consideraba una verdadera prueba de rompimientos, los efectuados con callaos de mar a partir de 10 kilos. El decía que por debajo de este peso no había nada de extraordinario en romperlos. Claro que, a sus 66 años, todavía podía romper bloques mucho mayores.
Las 4 formas Nhu Khi Cong Quyen del Vovinam Viet Vo Dao, son perfectas para desarrollar los "sensores" energéticos, tanto en recepción como en emisión. Pero no es un trabajo de efecto inmediato, al contrario, se necesitan muchísimos años para poder ver los primeros resultados. Como dice el Gran Maestro Le Sang, 10º Dang y patriarca del Vovinam Viet Vo Dao:
“No se debe buscar alcanzar nada en especial. La simple práctica regular de los Nhu Khi Cong Quyen todos los días del año, sin fallar nunca, nos permite vivir mejor, sentirnos mejor, convivir mejor. Lo demás viene solo..."
Los viejos maestros no suelen permitir que sus alumnos demuestren su nivel energético. Consideran este tema bastante secreto. Cuesta mucho conseguir información interesante, y cuando uno la tiene, está obligado a no divulgarla para no ofender a su maestro. La tradición no es siempre fácil de entender.
No tienen una verdadera utilidad marcial. Es solamente una manera de transformar un rompimiento corriente en un "show" peligroso y muy espectacular. Los peligros dependen del tipo de carburante utilizado. Con la mezcla de gasolina y gasoil, según la proporción, la llama es menos peligrosa. Con gasolina pura, o keroseno, los riesgos de quemaduras son mayores.
La cantidad de liquido que se debe echar sólo se puede establecer probándolo en el entrenamiento. Una vez más, la experiencia es fundamental, y los ensayos improvisados son peligrosos.
¿Cuánto tiempo se debe esperar desde que el material comienza a arder? Eso depende de la cantidad de combustible utilizado: con el impacto, todo el líquido que queda todavía por quemar puede salpicarle a la persona que efectúa el rompimiento, y seguir ardiendo sobre ella. Cuanto más se espera, más se calienta el material que se va a romper. Por otra parte, en el caso de rompimientos con fuego ¡no se puede colocar una toalla para evitar los cortes! Dichos cortes pueden agravarse con las quemaduras o el carburante. Si se espera demasiado, la llama se vuelve pequeña o se apaga, el público empieza a quejarse... pero el material que hay que romper sigue muy caliente...
En los rompimientos con fuego, la precaución, el entrenamiento adecuado y un buen profesor experimentado son factores aún más indispensables.
Afeitándose, o depilándose la parte del cuerpo con la que se va a impactar, se pueden evitar algunos pequeños problemas. Las personas con pelo largo se lo pueden mojar antes, como medida precautoria. Siempre se debe pensar que, en el momento del impacto, puede producirse un repentino soplo de aire, y por consiguiente de oxígeno también, con lo cual la llama será mayor durante un instante. Más de una persona se ha quemado la cara por no tener en cuenta este factor.
Al principio, no iba a escribir nada sobre este tema, porque no creo que ninguno de nosotros, los practicantes de Artes Marciales, sea cual sea nuestro nivel o nuestro estilo, tenga interés alguno en trucar los rompimientos. Pero por desgracia, es cierto que algunos energúmenos con ropa de Artes Marciales utilizan truquitos, objetos previamente partidos, botellas de cristal preparadas con el "truco del hilo", madera pegadas, etc.
Afortunadamente, este tipo de actuaciones es bastante escaso, y no tienen nada que ver con nosotros. En primer lugar porque, si es fácil engañar al publico, no se puede engañar uno a sí mismo. Segundo, porque los rompimientos son ante todo una prueba personal y muy íntima, con lo cual, si alguien truca el material, es que no ha entendido nada de lo que está haciendo. Mostrar un rompimiento en publico es normal y ayuda a la promoción de las Artes Marciales, pero no se debe jamás quitar al rompimiento su carácter de prueba personal, de test de eficacia, aunque no se consiga el éxito deseado...